El síndrome del impostor

trust¿Soy lo suficientemente buena?

Hace unos meses estaba tomando un café con una amiga cuando me comentó que la habían promocionado. ¡Qué buena noticia!, le dije. Ella me miró, y contestó “sí”.

– ¿No estás contenta?

– La verdad, me pagan el doble por hacer más o menos lo mismo, bueno, en realidad menos, porque ahora ya no tengo que hacer las tareas aburridas.

Mi amiga me confesó que sentía que era un fraude y empezó a argumentarme por qué lo sentía así.

Tenía delante de mí, en vivo y en directo, un claro ejemplo del síndrome del impostor.

Esta sensación de que no eres lo suficientemente buena, de que en realidad no vales tanto como tus superiores se imaginan, de que en el fondo les estás engañando.

¿Te suena? Este sentimiento se interpone en el camino de la mayoría de las personas, sin importar lo preparados que estén, ni el éxito que están teniendo, y la mala noticia es, que nunca desaparece.

Desde que empecé este blog, muchas veces oigo esta voz en mi cabeza: Pero, ¿cómo te atreves a dar lecciones sobre marca personal, si todavía no has creado la tuya?

Cuando la detecto, rápidamente, busco pensamientos positivos que la hagan callar: «Lo único peor que empezar algo y fracasar es no empezar nada», o centro mi mirada en alguna cita, que cuelga de la pared de mi escritorio:

«Empieza donde estás. Usa lo que tienes. Haz lo que puedas».

Arturo Ashe

Hay que aprender a superar el síndrome del impostor, porque de alguna manera, sería egoísta dejarse paralizar por él. En mi caso, a través de este blog, estoy documentando el proceso que voy haciendo para trabajar mi marca personal. Con solo una persona, aunque sea una amiga, que al leerlo le resuene, y decida intentar, ella también, algo que hasta ahora no se había atrevido a intentar, ya vale la pena compartirlo.

Y dice la voz: estás haciendo el ridículo, hay miles de personas por ahí que saben mucho más de esto que tú. Y digo yo, tienes razón, pero hay personas de mi entorno que jamás se interesarían por este tema si no es porque está en mi blog.

Y dice la voz: Llevas ya un montón de semanas con eso de la marca personal, y ¿dónde está tu marca? Y entonces levanto mi cabeza y busco otra cita en la pared:

«Para lograr grandes cosas, no solo tenemos que actuar, sino también soñar; no solo planear, sino también creer».

Anatole France

Y yo creo firmemente que crearé mi marca personal y que además estoy disfrutando haciéndolo.

Y como el síndrome del impostor nunca desaparece realmente, aquí te dejo algunos trucos para que no se interponga en tu camino de construir tu marca personal:

1. Rodéate de gente que crea en ti

Amigos, compañeros que estén transitando por procesos similares al tuyo, un mentor que te guíe en el proceso… Puede haber momentos en que te sientas encallada, tengas dudas, o simplemente quieras la opinión sobre algún tema. En esos casos es importante contar con gente con la que puedas confiar y que sean honestos y directos contigo.

2. Deja pasar los pensamientos negativos

Hay que desarrollar un radar interno que detecte de inmediato los pensamientos negativos. Cuando afloren es bueno preguntarse ¿este pensamiento es verdad? Si lo es, hay que hacer cambios para corregir lo negativo, si no lo es simplemente lo dejas ir, o lo combates con alguna frase en positivo.

3. Encuentra inspiración

En internet hay muchísima información sobre personal branding: citas, logos, websites, Pinterest… donde puedes inspirarte. Encuentra la inspiración, pero sobre todo, no caigas en la comparación. La comparación mata la felicidad. Al compararte corres el riesgo de que afloren pensamientos negativos, yo no soy tan bueno, no lo voy a lograr, no tengo la formación, etc.

4. Céntrate en lo que te hace único

Has trabajado tus valores, tus pasiones, tus talentos. Tú eres una combinación única de todo ello. Al crear tu marca no intentes ofrecer lo que ofrecen otros, ofrece lo que te hace único, fruto de tu formación, tus experiencias, tus talentos y tu propósito vital.

5. Sé fiel a tu historia

Tú eres quién eres, independientemente de todas las etiquetas que has ido coleccionando por el camino. Si eres fiel a tú historia, tus valores, tu propósito y tu “por qué”, tu marca personal lo va a transmitir y lograrás destacar entre la multitud. No importa lo que hagan los demás, lo único que importa es que seas auténtico con respecto a quién eres y por qué haces lo que haces. Si tu marca personal está basada en la autenticidad, lograrás transmitir emociones a través de ella, y te permitirá llegar hasta donde te propongas.

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