- Son extremadamente curiosos.
- Debaten todas las órdenes, desde acostarse, lavarse los dientes, hacer los deberes, repetir lo que ya está escrito… Odian las tareas repetitivas, porque ya las dominan.
- Debido a su gran sensibilidad pueden presentar alergias cutáneas, molestias al exceso de ruido, incluso al exceso de luz.
- Suelen tener llanto sin aparente motivo y se sienten incomprendidos.
- Son muy observadores.
- Están muy preocupados por la equidad y la justicia.
- Gran capacidad para ver relaciones entre ideas, objetos o hechos.
- Muestran interés por temas filosóficos y sociales.
- Son resolutivos
- Pueden sufrir dolencias psicosomáticas, la cabeza, el estómago, vómitos, fiebres rebeldes, etc.
- Sienten las cosas con más intensidad, perciben intenciones que otros no ven y tienen reacciones más intensas.
Una persona con Altas Capacidades no detectadas puede agotar a profesores, compañeros de clase, compañeros de trabajo, jefes e incluso a familiares y amigos por su intensidad y su necesidad constante de retos y estímulos. Como son altamente sensibles, pueden ser víctimas de acoso por su extrema empatía. Su extremado sentido de la justicia, su incapacidad para «dejarse llevar» o simplemente el no poder aceptar las cosas como son, les provoca frustración. Incluso, como suelen ser conscientes de todas las formas potenciales en las que podrían ayudar a los demás, corren el riesgo de convertirse en una especie de «salvadores». En este caso, se pierden solucionando los problemas de otros en su propio detrimento. Lo peor de todo, es que muchas veces las personas afectadas no querían resolver el problema, en este caso, además del desgaste de energía, acaban siendo rechazados.
La no detección de las características de estas personas conlleva implícito, para ellas, un gran malestar emocional. Por eso, si lo que has leído hasta aquí te ha resonado, te animo a explorarlo. A través de las herramientas de coaching te puedo acompañar a transitar por este camino.