Lourdes Olive Foto

Tengo grandes sueños, los persigo, y se hacen realidad.

Llegué a este mundo fruto de un sueño. El sueño de mis padres de ampliar la familia. Y digo sueño y no deseo, porque por más que lo deseaban, sus planes no se hacían realidad. Mi madre pasó por varios abortos, pero nunca perdió la fe.

En unas vacaciones por el Pirineo Francés, en qué mi madre no se sentía bien, durante la visita al santuario de Lourdes, le dijo a la virgen: “Ojalá estos mareos fueran a causa de un embarazo, y ojalá naciera una niña. La llamaría Lourdes”. Semanas más tarde, descubría, atónita, que estaba embarazada. El ginecólogo, que la atendió, le dijo que había sido un milagro.

Quizás por qué nací de un sueño, soñar forma parte de mi ADN, y rendirme nunca ha sido una opción.

Hasta donde alcanza mi memoria, la curiosidad ha sido el motor de mi existencia. Esta sed de aprender y mi fascinación por el comportamiento humano. Ya de muy pequeña, no podía dejar de observar las incongruencias entre lo que la gente decía y lo que la gente hacía.

Y esa necesidad de lograr retos…  No entendía por qué algunas personas decían, de entrada, yo no sirvo para eso. ¿Pero lo has intentado? Me da miedo ¿Qué miedo le podían dar a mi madre unas tijeras? Pues ella, nunca cortaba las piezas de ropa, porque las tijeras le daban miedo.

Mi primer gran sueño, a las puertas de la escuela primaria, era ir a la universidad. En Barcelona. A ratos soñaba que estudiaría periodismo, para ser escritora. Luego quería ser médico, para curar a los demás. Después neurocirujana para arreglar los cerebros de la gente.

En el colegio, un profesor de inglés, me dijo que no servía para los idiomas. Asumí que tendría que esforzarme más que otras personas. A lo largo de los años, cada vez que alguien me decía, tienes una facilidad para los idiomas, yo les explicaba que, todo lo contrario. Ahora sé que me pusieron una etiqueta y tenía una falsa creencia.

Mi naturaleza inquieta me ha llevado a trabajar en empresas multinacionales, principalmente en marketing, y a vivir en diferentes países. Fui pionera en e-business y en 2006, creé mi propio negocio de venta online (sigue funcionando). Los últimos años los he dedicado a dirigir una empresa del sector del carburante, trabajo que he compaginado con mi gran proyecto vital, el de ser madre.

Todo ello siempre acompañado de la práctica de deporte (ciclismo, escalada, esquí, tenis, natación…), formación (marketing, programación de páginas web, crecimiento personal, ruso, narrativa, guitarra…) y una dieta equilibrada.

En los últimos años, he sentido la necesidad de explorar otras opciones profesionales, pero el miedo a salir de mi zona de confort me ha estado frenando. Para ponerme en marcha empecé por actualizar mi Currículum; inmediatamente me di cuenta de que tenía que trabajar mi marca personal. Empecé analizando mis creencias, mis valores, mis intereses, mis pasiones y mis talentos. En el proceso, la coach que vivía dentro de mí salió a la luz dispuesta a perseguir su sueño.

Recorrer este camino está transformando mi vida. Antes pensaba en la jubilación como un oasis para poder dedicarme a mis hobbies. Ahora mi meta es hacer de mis dos grandes pasiones, escribir y motivar a la gente a perseguir sus sueños, mi profesión. Y cuando llegue la jubilación… ¿Qué jubilación? Yo seguiré haciendo lo mismo, disfrutar con todo lo que haga.

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